Eliseo Prado fue una gloria futbolística de River. Durante la década del 50 fue uno de los integrantes de la denominada “Maquinita”, la segunda delantera más recordada de la historia futbolística del club.
Nació un 17 de septiembre de 1929 en Buenos Aires, era apodado “el Doctor” debido a su profesión de odontólogo, aunque también era futbolista. «Me gustaban las dos cosas, y traté de hacerlas juntas. Lo logré haciendo los trabajos prácticos de la facultad a la noche, entrenándome solo a la tarde, y logrando un permiso especial para ir a las concentraciones sólo de noche». Debutó en el «Más Grande» en 1949, por una huelga de jugadores profesionales que terminó poco tiempo después con la partida de las grandes figuras del fútbol argentino, entre ellas las de River como Di Stéfano y Pedernera, a Colombia.
El día de su primer partido con el Millonario, River igualó 1 a 1 con Platense. Su actuación fue tan buena que, terminado el conflicto, permaneció en el equipo de Reserva, pero un viaje a Italia de los titulares para jugar a beneficio del desastre de Superga lo hizo demostrar sus dotes al ganarle a Racing 3 a 0. Salió campeón de la reserva en 1950 y 1951, año en que se fue de gira a Europa ya como titular, quedando firme en primera división. Fue recién ahí, en 1951, cuando el delantero logró pasar de la Reserva a Primera y comenzó a ganarse el puesto con goles y destacadas actuaciones.
Había llegado a Núñez de la mano de Marcos Boim, quien en ese entonces era masajista de River. Él fue quien lo descubrió y lo llevó del club San Carlos Norte a River. Allí, Peucelle le puso el ojo y lo ascendió de la quinta a la tercera en tiempo record. Ese día River le ganó un partido a Banfield 8 a 1, con 7 goles del recién llegado.
En sus inicios como futbolista se desempeñó como delantero, sin embargo, de apoco con la aparición de otras grandes figuras, tuvo que empezar a ceder su lugar hasta correrse hacia la derecha. Su puesto lo ocupó, y muy bien, Walter Gómez. Junto a él, más Vernazza, Labruna y Loustau se volvió a formar un equipo imparable, que revivió a la mejor delantera de la historia de River.
Fue un jugador que tenía un excelente manejo con las dos piernas, y era un verdadero armador de jugadas, las cuales terminaba con excelentes remates.
Su época de esplendor fue la década del 50 cuando fue parte del equipo que, si es que puede decirse así, reemplazó a la famosa Máquina. Con la banda cruzándole el pecho consiguió cinco títulos y marcó 61 goles, ganándose un lugar indiscutible en la historia grande del equipo de Núñez. Fue bicampeón en 1952 y 1953, en éste último año, también, fue el goleador del equipo con 21 tantos, seguido por Ángel Labruna con 16. Además, ganó el primer tricampeonato de la historia de River entre los años 1955 y 1975.
Podría haber sido aún más grande, cuando estuvo a punto de lograr un récord inalcanzable de 6 títulos en seis años si la racha campeona no se cortaba en 1954.
En Núñez, la gente lo disfrutó durante 147 partidos, en los que marcó 61 goles y dio cinco vueltas olímpicas. Fue una de las banderas del River ganador de aquellos años dorados, en los que el grito de ‘Dale campeón’ era una sana costumbre.
Además de River, donde jugó hasta 1958, tuvo un paso por Gimnasia y Esgrima de La Plata desde donde luego fue primero al Sportivo Italiano, y más tarde a Colón de Santa Fé. Se retiraría en esa institución a los 33 años.
Su habilidad como futbolista lo llevó a vestir la camiseta albiceleste. Vistió los colores de la Selección en el Mundial de Suecia 58, donde disputó tan sólo un partido.
Por: Luciana Contreras